Los neumáticos son un elemento clave en el mantenimiento de los autos de época.
Por eso, pensando en las necesidades de sus clientes, Michelin continúa acompañando a los aficionados de esta clase de vehículos de colección y competición no sólo con un amplio abanico de productos adaptados a cada época, sino que también brinda consejos de seguridad y uso para el correcto cuidado de las cubiertas.
Si bien todos los neumáticos requieren cuidados, los clásicos por su parte necesitan algunas consideraciones puntuales, que aseguren un mejor desempeño y duración. Entre ellas, se destacan:
- Válvulas: en primera instancia hay que garantizar que la válvula esté en buenas condiciones y se recomienda respetar las instrucciones de uso brindadas por los fabricantes en cuanto a ajuste y compatibilidad con la llanta, entre otras. Además, es aconsejable realizar un enrosque sistemático de la tapa de la válvula y asegurar la protección del mecanismo, la hermeticidad total del conjunto neumático, así como también comprobar regularmente el apriete de las válvulas atornilladas.
- Montaje y desmontaje: en esta etapa es necesario asegurar que los dispositivos de montaje sean adecuados y para eso siempre es recomendable recurrir al manual del fabricante para identificar el correcto uso. Adicionalmente, se debe respetar el sentido de giro en neumáticos direccionales y el lado de montaje en neumáticos asimétricos. En el caso del montaje TT (con cámara de aire), la dimensión de la cámara de aire tiene que corresponder a la del neumático (sección y diámetro) y la llanta estar en condiciones para recibir la cámara interior sin dañarla.
- Inflado: es necesario retirar el interior de la válvula y verificar que los talones estén correctamente centrados en relación con la brida de la llanta. En el caso que estén mal centrados, hay que desinflar y repetir la operación por completo, incluyendo la lubricación. El inflado debe continuar hasta los 50 psi para obtener la colocación adecuada de los talones, y, de necesitar presiones más altas, hay que usar una jaula protectora al inflar el neumático. Una vez realizado el inflado se debe colocar el interior de la válvula, ajustarlo a la presión de funcionamiento y, finalmente, enroscar la tapa para asegurar una completa hermeticidad. En esta etapa sólo hay que utilizar sistemas de inflado provistos para este propósito y no permanecer en las inmediaciones del conjunto neumático. Por lo tanto, es fundamental asegurarse que la manguera de aire comprimido unida a la válvula tenga un clip de seguridad y que sea lo suficientemente larga para poder estar alejado ante posibles proyecciones en caso de que ocurra un incidente.
- Monitoreo y mantenimiento: es importante comprobar la presión de los neumáticos antes de cada viaje y corregirla, si es el caso. La presión debe verificarse en frío, es decir, cuando el neumático no rodó. En caso de una pérdida de presión inusual, hay que verificar el estado interno y externo del neumático, así como el estado de la llanta y la válvula. Cualquier perforación, corte o deformación visible debe estar sujeta a un examen exhaustivo por parte de un profesional. Un punto a tener en cuenta es que el inflado de nitrógeno no prescinde de las comprobaciones periódicas de la presión de los neumáticos. Otro de los controles habituales es el balanceo, que debe hacerse en las cuatro ruedas y que, adicionalmente, se tienen que calibrar de acuerdo con el manual del fabricante.
- Redibujado de neumáticos: el redibujado cambia las características y el rendimiento del neumático, por eso se prohíbe para uso en vías públicas. Esta operación requiere equipos y herramientas apropiadas y el cumplimiento de las instrucciones para tal procedimiento. Por otro lado, los neumáticos deben estar diseñados para tal fin, y en el caso de los de auto y camioneta, no lo permiten.
- Almacenamiento: cuando se trata de conservarlos, el lugar tiene que ser seco, ventilado, sin luz directa y reservado para neumáticos. Se deben utilizar bastidores para almacenarlos verticalmente a fin de evitar tensiones en la estructura. Para preservar las características y propiedades de las cubiertas, hay que tener en cuenta ciertos puntos importantes como: obviar la exposición directa y prolongada al sol o fuentes de alto calor y/o humedad, almacenamientos de largo plazo en racks, presencia de solventes, lubricantes, combustibles y otros productos químicos. Además, se debe alejar de dispositivos que provocan la liberación de ozono como transformadores, máquinas de soldar, motores eléctricos, etc.
- Envejecimiento de neumáticos: es vital estar atento a los signos como grietas en el caucho de la banda de rodamiento, el hombro, la zona baja del flanco o deformación. Frente a esto, se deben retirar los neumáticos y, en caso de duda, contactar a un profesional.
El montaje y desmontaje, el inflado y el balanceo deben realizarse por personal capacitado, equipo adecuado y en buenas condiciones. Esto garantiza el cumplimiento de las normas legales y de los correctos procedimientos, y el respeto tanto por la posición del neumático en el vehículo (izquierda, derecha; delantera, trasera) como a la presión de funcionamiento. Los dispositivos de medición como el manómetro deben calibrarse y verificarse al menos una vez al año, ya sea por una organización autorizada, el proveedor o el fabricante.
Siguiendo con las condiciones de uso, desde Michelin se recomienda nunca intervenir químicamente la goma externa del neumático, ni utilizar neumáticos cuyo pasado se desconoce. Hay que garantizar que los valores de presión, alineación, velocidad y carga por eje sean los recomendados por Michelin según el uso provisto.
El incumplimiento de estas instrucciones o procedimientos puede provocar un montaje incorrecto y producir desgastes prematuros.
Finalmente, cabe señalar que, al igual que con cualquier tipo de vehículo, la elección del neumático debe estar de acuerdo con el equipamiento del auto (definido por el fabricante), asegurando que todas las cubiertas montadas en un mismo eje sean del mismo tipo (marca, nombre comercial o referencia industrial, dimensión, estructura), además de que el tipo y diámetro de la llanta corresponda al tipo de neumático. También, se debe revisar que la llanta esté en buenas condiciones y no muestre ningún deterioro (grieta, deformación) y que los neumáticos no hayan sido reparados (caso contrario, hay que proceder a su reemplazo).
Ya sea un auto de los años 30 como de los 80, seguir esta clase de consideraciones es fundamental ya que les garantizará a los fanáticos de estos vehículos una conducción no sólo placentera sino sobre todo segura.
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